jueves, 14 de marzo de 2013

La Panleucopenia Felina


La Panleucopenia Felina está causada por el Parvovirus Felino; es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta principalmente a los gatos jóvenes (3-5 meses), aunque también puede afectar a los gatos adultos (raramente).


Este virus se replica en células en división, por lo que afectará especialmente a la médula ósea, las células intestinales y a los fetos, por lo que los gatos infectados presentarán diarrea sanguinolenta debido al daño intestinal e inmunosupresión y disminución de los glóbulos rojos debido al daño medular. También se ha visto que crece muy rápidamente en las células renales.

El virus, aunque es bastante resistente a muchos desinfectantes y antisépticos, es sensible a la lejía y, a temperaturas superiores a 100°C, se destruye en un minuto.

El contagio se produce normalmente por contacto oro-nasal con secreciones de gatos infectados, ya sean saliva, orina o heces, especialmente al principio de la enfermedad. También está presente en sangre, por lo que el virus puede transmitirse a través de la picadura de las pulgas.


Además, los gatos que han superado la enfermedad se mantienen como portadores durante más de 6 meses, eliminando el virus en heces y orina.

La enfermedad puede presentarse:

1 - De forma sobreaguda en los gatitos más jóvenes, de entre 3 y 10 semanas, cursando, generalmente, con muertes súbitas,
2 - De forma aguda entre los 3 meses y el año de edad y
3 - De forma subclínica en gatos mayores de 1 año.


Nuestro gato, en el caso de estar enfermo, presentará fiebre, apatía, falta de apetito, secreción nasal y vómitos y diarrea con su consecuente deshidratación. Los gatos no suelen mostrar síntomas de enfermedad al inicio de las mismas, por lo que, cuando nos demos cuenta, probablemente ya esté en un estadío bastante avanzado.

El tratamiento suele ser, al igual que el de la Parvovirosis, sintomático; los gatitos menores de 8 semanas en raras ocasiones sobreviven, mientras que los animales más mayores, si se tratan, pueden llegar a salir adelante. 
Los animales que pasan la enfermedad adquieren inmunidad frente a la misma de por vida.

Por ello, al igual que en la enfermedad del Parvovirus canino, lo mejor es la prevención; los anticuerpos calostrales duran hasta las 8-12 semanas de vida. 


Las vacunas, vivas atenuadas, se administran a las 8-10 semanas de vida y se revacunan a las 12-16 semanas. 
De todos modos, se ha visto que, tras la aparición de los anticuerpos calostrales, hay un periodo refractario durante el cual algunos gatitos no responden a la vacunación, por lo que, para obtener una eficacia del 100%, se recomienda poner la primera vacuna a las 12 semanas. Nuestro veterinario nos indicará la mejor opción.

BIBLIOGRAFÍA

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