La parvovirosis es una enfermedad vírica grave que afecta a
los perros, especialmente a los cachorros de entre 6 y 12 semanas que aún no
han recibido la vacuna; pero también puede aparecer en perros adultos que no se
hayan vacunado.
Nuestros cachorros pueden infectarse de Parvo tanto por
contagio directo (contacto con perros enfermos), indirecto (por contacto con
ropa, pelos, etc. infectados) o por vía transplacentaria.
Se transmite por vía oro-nasal, siendo la principal fuente
de contagio las heces de animales infectados, donde aparecerá el virus a los 30
días, aproximadamente, de la infección. En los objetos inanimados,
especialmente el pelo, el virus puede sobrevivir hasta 6 meses, por lo que
deberemos de limpiar todos los “efectos personales” de nuestra
mascota cuidadosamente en caso de que se infecte y, sobre todo, si convive con
otros perros; el virus, aunque difícil de eliminar, suele ser sensible a la
lejía, por lo que una buena desinfección con la misma no estaría nada mal.
El hacinamiento (demasiados animales en poco espacio) y el
estrés son contribuyentes al padecimiento de la enfermedad, por lo que animales
que nazcan en estas situaciones tendrán mayor riesgo.
La parvovirosis se puede presentar de dos maneras distintas:
1. La forma miocárdica, más frecuente en animales de menos de
4 semanas (frecuentemente infectados en el útero), produce muertes súbitas o
repentinas, en ocasiones con diarrea y sin signos de fallo cardíaco. También puede
aparecer diarrea y, tras una aparente recuperación, producirse la muerte por
fallo cardíaco. Los animales que sobreviven a esta forma de la enfermedad
suelen quedar con el corazón dañado de por vida.
2. La forma entérica se caracteriza por anorexia y fiebre
acompañadas de vómitos y diarreas que acabarán siendo hemorrágicas. La muerte
suele producirse por la grave deshidratación que sufre el animal. Los animales
tratados suelen recuperarse a los 3 ó 4 días tras la infección a menos que
sufran infecciones secundarias.
3. La forma cutánea, menos frecuente, cursa con eritemas y
ulceraciones en almohadillas, boca y vagina.
En el caso de que nuestro cachorro se infecte, el
tratamiento será sobre todo, sintomático, administrando en casi todos los
casos fluidoterapia para reponer los líquidos y los electrolitos perdidos,
ayuno para evitar los vómitos y las diarreas seguido de dieta blanda,
antieméticos (fármacos inhibidores del vómito) y antibióticos para prevenir
infecciones secundarias que nos puedan complicar el proceso.
Por ello, lo mejor frente al virus de la Parvovirosis es
prevenir. Deberemos vacunar a nuestro cachorro a, aproximadamente las 6 u 8
semanas de edad con un recuerdo a las 2 ó 3 semanas siguientes y evitar, por
todos los medios, que contacte con heces de animales infectados; por eso se
suele recomendar a los propietarios que no paseen a sus cachorros hasta que
haya recibido todas las dosis vacunales y, si convive con otros perros,
deberemos asegurarnos de que su estado sanitario es bueno.
Si tenemos pensado criar con nuestra perra, lo ideal es
vacunarla las 2 ó 4 semanas antes del apareamiento, pero nunca se deben vacunar
perras ya gestantes porque la vacuna contiene al virus vivo; atenuado, pero
vivo, por lo que puede contagiar a los cachorros.
Espero que os haya gustado la entrada!! =)
BIBLIOGRAFÍA
Imágenes 2 y 3 extraídas de google.
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