domingo, 24 de marzo de 2013

Displasia de Cadera - Canine hip Dysplasia


La Displasia de cadera es una de las enfermedades osteoarticulares más frecuentes en perros; especialmente en aquellos de peso superior a 20 kg, asociándose, sobre todo, a razas como el Pastor Alemán, Golden Retriever, Doberman o Rotweiller entre otros.


La Displasia de cadera se debe a una incongruencia articular entre la cabeza femoral y la cavidad acetabular; esto significa que las cabezas femorales no van a estar bien sujetas, van a aparecer luxadas o subluxadas, por lo que la cabeza del fémur va a “bailar” en la articulación.


El desarrollo incorrecto de la articulación tiene lugar durante la fase de crecimiento del animal; la Displasia de cadera provoca disfunción de la extremidad debido a la inestabilidad de la articulación, lo que, a su vez, provoca dolor e inflama y debilita los tejidos adyacentes, siendo muy frecuente la aparición de cambios degenerativos como la osteoartrosis; además, el dolor causado en las extremidades posteriores hará que el animal cargue más peso sobre las anteriores, por lo que aparecerá atrofia muscular del cuarto trasero que agravará aún más la situación.

La Displasia de cadera es una enfermedad multifactorial y hereditaria de tipo recesivo, pero no congénita; ¿qué significa esto? Significa que el factor genético es el más importante, ya que se transmite de padres a hijos, pero, un animal que tiene la enfermedad genéticamente, no tiene por qué manifestarla, ya que en la aparición de la Displasia de cadera intervienen otros factores como la obesidad, el desarrollo muscular o la nutrición; ese es el principal problema de la displasia de cadera, ya que estos individuos aparentemente sanos se utilizan en la reproducción de la raza haciendo que sus descendientes sean susceptibles de padecer la enfermedad y, por ende, extendiendo la misma. Se dice que la enfermedad no es congénita porque el animal nace con la cadera sana y, a medida que va creciendo, aparecen las alteraciones que son, principalmente, dos:

1. Las estructuras que estabilizan la articulación (cápsula articular, ligamentos y musculatura), se alargan, haciendo que aparezca la inestabilidad articular.
2. Se altera la orientación espacial de los huesos, ya sea del acetábulo, del fémur, o de los dos a la vez.
Esto significa que la cabeza del fémur y la superficie del acetábulo no van a contactar completamente, si no que será solo a través de pequeñas superficies que serán las encargadas de soportar todo el peso de la articulación, por lo que acabarán apareciendo las lesiones degenerativas.

Por ello, es importante controlar a nuestro cachorro, especialmente si es de una raza predispuesta y tratar de obtener la mayor información posible sobre el estado sanitario de los padres y de sus otros hermanos, para que, en el caso de que se nos presente el problema, solucionarlo lo antes posible.


El diagnóstico de la Displasia de cadera se realiza con una buena inspección del animal por parte del veterinario junto con un examen radiológico; sin embargo, hay que tener en cuenta, que en Europa, la FCI (Fédération Cynologique Internationale) indica que no se puede certificar a un perro como libre de displasia antes de los 12 meses excepto en razas gigantes en las que la edad mínima es de 18 meses, y en EEUU, no se certifican hasta los dos años de edad.

El tratamiento para la Displasia de cadera dependerá del grado de degeneración de la articulación, pudiendo variar desde osteotomías correctivas hasta artroplastias; nuestro veterinario nos aconsejará sobre ello dándonos la mejor opción.

Espero que os haya gustado la entrada!!

BIBLIOGRAFÍA



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