jueves, 28 de marzo de 2013

La Leishmaniasis II

En la anterior entrada, La Leishmaniasis I, hablamos de lo que era la enfermedad y de su transmisión; en esta entrada hablaré de los síntomas que produce y de su prevención.


Una vez que el parásito ha penetrado en nuestra mascota y ésta no ha sido capaz de eliminarlo, se multiplicará en el interior de los macrófagos, convirtiéndose en una enfermedad sistémica que afectará a cualquier órgano o tejido, con la consecuente aparición de unos síntomas muy variables o bien, puede quedar en estrado latente, en el que el parásito se queda acantonado, siendo posible que la enfermedad no se presente nunca o que progrese.

Si tenemos la mala suerte de que nuestra mascota enferma, en un principio mostrará un cuadro bastante inespecífico como pérdida de peso, apatía o fiebre, además de presentar alteraciones cutáneas, sobre todo alopecias alrededor de los ojos y en las orejas e infartación (aumento de tamaño) de los ganglios. A medida que la enfermedad avanza, encontraremos síntomas más acusados como un agravamiento de las lesiones cutáneas y alteraciones oculares y nasales, además de síntomas muy variables como disfunción renal o gastroenteritis. También presentará polidipsia (aumenta en consumo de agua), ya que uno de los principales órganos afectados es el riñón y es muy común el crecimiento exagerado de las uñas (onicogrifosis).
En un estado terminal, observaremos que el cuadro se agrava alarmantemente, con emaciación e insuficiencia renal grave, además de ser muy susceptible a infecciones secundarias, ya que su sistema inmune es prácticamente afuncional.


El tratamiento de la Leishmaniasis es de por vida, ya que es una enfermedad crónica que nunca llega a curarse debido a que el parásito se encuentra dentro de las células y acantonado en bazo y médula ósea, ha desarrollado resistencia frente a algunos fármacos y, además del tratamiento, es necesaria una respuesta inmune correcta por parte del paciente que acompañe a la acción de los fármacos. Por lo tanto, debemos concienciarnos de que el tratamiento va a ser largo y caro, ya que, además del coste de los fármacos, tendremos que realizar revisiones periódicas; también debemos concienciarnos de que el tratamiento es solamente sintomático; es decir, se producirá una curación clínica pero el animal seguirá infectado, por lo que puede haber recaídas y será un reservorio del parásito.

Una de las preguntas más frecuentes e importantes es la de si podemos contraer nosotros la enfermedad al tener a nuestro animal parasitado; la Leishmaniasis sólo se transmite mediante la picadura del mosquito; nuestro perro, per se, no supone ningún problema para nosotros, por lo que no nos va a transmitir la enfermedad por convivir con él.


¿Cómo prevenir la enfermedad? La prevención es el "tratamiento" más efectivo; deberemos evitar el contacto con los flebotomos; es decir, procurar no pasear a nuestra mascota durante las horas de más actividad de los mismos, que son el anochecer y el amanecer, procurarle a nuestra mascota una zona de descanso en la que los flebotomos no puedan entrar (lo mejor es que duerma dentro de casa), colocar telas mosquiteras en ventanas y puertas (deben ser más densas que las mosquiteras normales porque los flebotomos son mucho más pequeños), utilizar repelentes de insectos y limpiar todas aquellas zonas en las que el insecto se pueda albergar y reproducir; a diferencia de los mosquitos, los flebotomos prefieren zonas secas como sótanos o escombros. También podemos recurrir a la ayuda de productos específicos para nuestros perros como pipetas o collares repelentes.
En el caso de viajar de una zona en la que el parásito aún no está muy extendido como es el caso de Galicia (aunque ya empieza a ser problemático) a una zona endémica, hay algunos productos, como el Leishguard que, correctamente aplicados, estimulan la correcta respuesta inmune de nuestra mascota, por lo que es recomendable que, antes de realizar un viaje a una zona endémica de Leishmania, hablemos con nuestro veterinario para que nos de las mejores recomendaciones.

Imágenes 1 y 2 extraídas de Google

ENLACES INTERESANTES
Preguntas frecuentes y sus respuestas en: http://www.clinicateckel.com/faqmosquito.html

martes, 26 de marzo de 2013

La Leishmaniasis I

Hoy voy a hablaros un poco de la Leishmaniasis; como es un tema bastante largo y, a mi parecer, muy importante, voy a dividirlo en dos entradas; en esta primera haré una pequeña introducción a la enfermedad, qué es y cómo se transmite, y en la segunda, que espero publicar mañana, ya hablaré de la enfermedad en sí.


La Leishmaniosis es una enfermedad bastante grave, producida por un protozoo; en el mundo nos encontramos con hasta 20 especies diferentes de Leishmania. Su principal problema radica en que, además de ser un problema veterinario, constituye un problema de salud pública, ya que es una zoonosis, siendo la enfermedad que más muertes causa después de la Malaria.

La Leishmania se encuentra de forma endémica en la costa mediterránea, siendo frecuente encontrar a perros afectados en el Levante peninsular; pero que estén afectados, no significa que estén enfermos, ya que la manifestación de la enfermedad depende de la respuesta inmune de nuestro animal así como de la cepa del parásito, siendo los animales más susceptibles aquellos menores de 3 años y mayores de 8.


¿Cómo se transmite el parásito? El parásito se transmite a través de los llamados vectores biológicos; es decir, a través de otro ser vivo, en este caso un flebotomo (un insecto similar a los mosquitos),  necesario para la transmisión, ya que, en él, el parásito "madura" para poder atacar a su siguiente víctima.


El ciclo se cierra de la siguiente forma: la hembra de flebotomo (hematófaga), pica a un animal enfermo, en cuya sangre se encuentra el parásito; en el flebotomo, el parásito "sufre" una serie de modificaciones hasta llegar a la forma infectiva para el hospedador  y así, cuando ese flebotomo pica a otro animal, el parásito es liberado al torrente sanguíneo de la víctima junto con las sustancias que inyecta el insecto.

¿Qué es lo que ocurre? En la zona en la que se alimentó el flebotomo se produce una reacción inflamatoria que atrae a los macrógafos (células defensivas), que inician el proceso de fagocitosis (se "comen" al parásito); llegados a este punto pueden ocurrir dos cosas:
Que los macrófagos de nuestro perro sean de entidad suficiente como para destruir al parásito (animal resistente) o
Que los macrófagos de nuestro animal no sean capaces de destruir al parásito, de modo que éste se multiplique en su interior y se disemine a otros órganos (animal sensible), con la consecuente aparición de la enfermedad.

Mañana publicaré los síntomas y las medidas preventivas para evitar que nuestro perro contraiga la enfermedad. Espero que os haya gustado esta pequeña introducción.

Imágenes 1 y 3 extraídas de Google 

lunes, 25 de marzo de 2013

La Leucemia Felina - Feline Leukemia


La Leucemia Felina es una de las enfermedades inmunes que más muertes causan entre nuestros gatos; es una enfermedad de tipo vírico que se contagia por contacto muy estrecho  y prolongado, como la ingestión de alimentos contaminados o la mordedura de otros gatos; el virus se elimina por saliva (más importante), heces, leche, secreciones traqueales, sangre y lágrimas; en el caso de gatas preñadas, transmiten la infección a sus cachorros y se produce la muerte fetal o neonatal.


La infección suele ser asintomática, si bien puede presentar infartación de los linfonodos (ganglios grandes) y algo de fiebre. Los gatos desarrollarán, entre 1 y 5 años más tarde, diferentes cuadros patológicos según los órganos afectados, además de estar predispuestos a otras enfermedades secundarias debidas a la inmunosupresión que produce el virus. La esperanza de vida es corta, con un máximo de 2 a 3 años tras el diagnóstico.

Los principales efectos de la infección son la aparición de neoplasias, mielosupresión (reducción de la actividad de la médula ósea, dando lugar a anemia y falta de plaquetas)e inmunosupresión (aumenta la susceptibilidad a enfermedades secundarias), además de poder producir otro tipo de fallos orgánicos.

La Leucemia felina puede cursar en dos etapas:

1. Una viremia primaria; es una fase primaria de la infección en la que el gato puede hacer frente al virus si tiene un sistema inmune competente y así detener la progresión a…
2 … Una viremia secundaria, un estado más tardío caracterizado por una infección persistente  de la médula ósea y otros tejidos; si llegamos a este estadío, nuestra mascota permanecerá infectada de por vida.


El diagnóstico clínico resulta complejo, por lo que se suelen requerir análisis laboratoriales para su detección. Se analiza la presencia del virus en sangre buscando un antígeno que se denomina “p27”.

¿Qué gatos son los más predispuestos? Los animales más susceptibles de padecer la enfermedad son aquellos que...
- Vivan con gatos infectados o de estado sanitario desconocido.
- Tienen acceso al exterior y no se vigilan, por lo que pueden ser mordidos por gatos infectados.
- Nacen de madres infectadas.

¿Cómo prevengo la infección de mi gato?  La mejor manera de evitar que nuestro gato se infecte es mediante la toma de medidas preventivas como:
1. Mantener a nuestro gato en casa y, si tiene acceso al exterior, evitar que contacte con gatos infectados.
2. Adquirir animales sanos y evitar que convivan con gatos enfermos.
3. Si en nuestra casa tenemos gatos infectados y gatos sanos, evitar que contacten entre ellos y utilizar utensilios distintos para cada grupo (bebederos, comederos, cajas de arena, etc.).
4. Considerar la vacunación de nuestros gatos sanos; antes de vacunar a nuestro gato es necesario comprobar que es negativo, ya que, si es positivo, el gato ya tiene la enfermedad y la vacuna no le hará nada. Esta vacuna se considera como una vacuna no esencial; es decir, no entra dentro de las “obligatorias” en las pautas de vacunación y no es 100% efectiva; si bien previene la enfermedad, deberemos evitar que nuestro minino contacte con otros gatos potencialmente infectados:  gatos callejeros o adoptados con un estatus sanitario desconocido.


¿Es necesario vacunar? Si nuestro gato es negativo a la leucemia y va a estar siempre en un piso no es necesario vacunarlo, ya que va a ser imposible que se contagie; pero, si es un gato que va a poder salir al exterior y estar en contacto con otros gatos es recomendable para minimizar el riesgo.


¿Qué hacer si mi gato está enfermo? Si tu gato está enfermo, deberás tomar algunas medidas para mejorar su calidad de vida lo máximo posible como...
* Tratar de evitar que salga de casa, ya que su sistema inmune no funciona como debería y eso lo hace más predispuesto a padecer enfermedades secundarias.
* Proporciónale una nutrición equilibrada y evita alimentarlo con carne cruda, huevos o leche sin pasteurizar,  ya que constituyen un foco de enfermedades bacterianas que se agravan en un animal con inmunosupresión.
* Realiza revisiones veterinarias periódicas cada 6 meses así como una vigilancia exhaustiva en casa para poder detectar un deterioro del estado de tu animal a tiempo.

El virus no resiste mucho tiempo en el medio ambiente, apenas unas horas, pero los animales con leucemia son más susceptibles de padecer otras enfermedades que sí pueden permanecer en el ambiente, por lo que, si tras tener un animal enfermo quieres traer otro a casa, debes desinfectar bien todo para evitar problemas innecesarios.

La Leucemia Felina no es una enfermedad zoonósica, pero hay que tener en cuenta que, como ya he dicho antes, estos animales son más susceptibles de padecer otras enfermedades que sí pueden serlo, por lo que se recomienda que personas inmunodeprimidas, niños pequeños, ancianos o mujeres embarazadas no tengan contacto con estos animales.


BIBLIOGRAFÍA

domingo, 24 de marzo de 2013

Displasia de Cadera - Canine hip Dysplasia


La Displasia de cadera es una de las enfermedades osteoarticulares más frecuentes en perros; especialmente en aquellos de peso superior a 20 kg, asociándose, sobre todo, a razas como el Pastor Alemán, Golden Retriever, Doberman o Rotweiller entre otros.


La Displasia de cadera se debe a una incongruencia articular entre la cabeza femoral y la cavidad acetabular; esto significa que las cabezas femorales no van a estar bien sujetas, van a aparecer luxadas o subluxadas, por lo que la cabeza del fémur va a “bailar” en la articulación.


El desarrollo incorrecto de la articulación tiene lugar durante la fase de crecimiento del animal; la Displasia de cadera provoca disfunción de la extremidad debido a la inestabilidad de la articulación, lo que, a su vez, provoca dolor e inflama y debilita los tejidos adyacentes, siendo muy frecuente la aparición de cambios degenerativos como la osteoartrosis; además, el dolor causado en las extremidades posteriores hará que el animal cargue más peso sobre las anteriores, por lo que aparecerá atrofia muscular del cuarto trasero que agravará aún más la situación.

La Displasia de cadera es una enfermedad multifactorial y hereditaria de tipo recesivo, pero no congénita; ¿qué significa esto? Significa que el factor genético es el más importante, ya que se transmite de padres a hijos, pero, un animal que tiene la enfermedad genéticamente, no tiene por qué manifestarla, ya que en la aparición de la Displasia de cadera intervienen otros factores como la obesidad, el desarrollo muscular o la nutrición; ese es el principal problema de la displasia de cadera, ya que estos individuos aparentemente sanos se utilizan en la reproducción de la raza haciendo que sus descendientes sean susceptibles de padecer la enfermedad y, por ende, extendiendo la misma. Se dice que la enfermedad no es congénita porque el animal nace con la cadera sana y, a medida que va creciendo, aparecen las alteraciones que son, principalmente, dos:

1. Las estructuras que estabilizan la articulación (cápsula articular, ligamentos y musculatura), se alargan, haciendo que aparezca la inestabilidad articular.
2. Se altera la orientación espacial de los huesos, ya sea del acetábulo, del fémur, o de los dos a la vez.
Esto significa que la cabeza del fémur y la superficie del acetábulo no van a contactar completamente, si no que será solo a través de pequeñas superficies que serán las encargadas de soportar todo el peso de la articulación, por lo que acabarán apareciendo las lesiones degenerativas.

Por ello, es importante controlar a nuestro cachorro, especialmente si es de una raza predispuesta y tratar de obtener la mayor información posible sobre el estado sanitario de los padres y de sus otros hermanos, para que, en el caso de que se nos presente el problema, solucionarlo lo antes posible.


El diagnóstico de la Displasia de cadera se realiza con una buena inspección del animal por parte del veterinario junto con un examen radiológico; sin embargo, hay que tener en cuenta, que en Europa, la FCI (Fédération Cynologique Internationale) indica que no se puede certificar a un perro como libre de displasia antes de los 12 meses excepto en razas gigantes en las que la edad mínima es de 18 meses, y en EEUU, no se certifican hasta los dos años de edad.

El tratamiento para la Displasia de cadera dependerá del grado de degeneración de la articulación, pudiendo variar desde osteotomías correctivas hasta artroplastias; nuestro veterinario nos aconsejará sobre ello dándonos la mejor opción.

Espero que os haya gustado la entrada!!

BIBLIOGRAFÍA



jueves, 21 de marzo de 2013

El Xilitol


Pensando en temas distintos… Otra vez, se me ocurrió hablar, cada mes, de un tóxico distinto; por lo que, al igual que tengo “la raza del mes”, ahora publicaré también “el tóxico del mes”… Dicho así suena un poco morboso jejeje, pero creo que puede resultar muy útil, para evitar problemas y, en el caso de que se produzcan, solucionarlos lo antes posible.

Este mes voy a hablaros del Xilitol:

El Xilitol es una sustancia conocida por todos; estamos hartos de verlo en los paquetes de chicles, caramelos, chocolates… Es una sustancia edulcorante, de origen natural, que podemos encontrar en fresas, frambuesas,… Pero de donde se extrae, mayoritariamente, es del abedul, por lo que se le conoce como azúcar de madera o azúcar de abedul.


El Xilitol tiene un sabor y una dulzura similares a la sacarosa, pero no tiene el efecto hiperglucemiante de esta última, por lo que es una sustancia indicada para personas diabéticas.
Tras esta pequeña introducción al Xilitol (más abajo dejo un enlace con la página de la que saqué esta información), vamos a lo que nos interesa: ¿Por qué es peligroso el Xilitol para nuestras mascotas??


El Xilitol es tóxico para nuestros perros porque su ingesta produce una liberación masiva de insulina que va a dar lugar a una fuerte hipoglucemia que puede llegar a dañar al hígado, ya que éste va a intentar compensar la falta de glucosa en sangre.
A los 30 minutos de su ingestión, aparecerán vómitos y nuestra mascota estará apática y descoordinada; sin embargo, algunos signos pueden tardar horas e incluso días en aparecer; si la intoxicación no se trata, el resultado puede ser fatal para nuestra mascota; por ello es importante que, si nuestra mascota ingiere algún alimento con Xilitol, deberemos llevarla al veterinario lo más rápidamente posible. 


Espero que esta entrada os haya gustado y servido de ayuda; ahora ya sabéis porqué no se deben dar gominolas a los perros; no es porque se les peguen los dientes ni nada por el estilo, si no porque para ellos, son tóxicas!!!
BIBLIOGRAFÍA

Pet Safety: Human Foods that are dangerous for Dogs and Cats
Imágenes extraídas de Google

domingo, 17 de marzo de 2013

El Scottish Fold


Y la raza del mes es...
El Scottish Fold! un adorable minino de pequeñas y dobladas orejas. Esta raza proviene de Escocia, aunque se cree que sus antepasados podrían ser chinos, la raza en sí fue registrada en Escocia en 1966.


La raza se extendió rápidamente y fue reconocida por los Organismos Oficiales Ingleses; pero unos años más tarde tuvieron que prohibirla por los problemas de artritis en las extremidades que presentaban los animales adultos provocados por un gen dominante: el Fold, de manera que, actualmente, está prohibido cruzar a dos Scottish Fold, resultando los individuos de los cruces entre Scottish Fold con otras razas como el British Shorthair o el Scottish Straight.


Estos animales se caracterizan por tener una cabeza grande y redondeada, al igual que sus ojos, cuerpo macizo y cola de tamaño mediano y gruesa.


Los gatitos de Scottish Fold nacen con las orejas erguidas y, a las 3 ó 4 semanas de edad, “caen” dándole su peculiar aspecto o no, por lo que los criadores los seleccionarán en función de la caída de sus orejas en mascotas, animales para cría o gatos de exposición.


Estos gatos no necesitan cuidados especiales salvo el cepillado habitual que necesitan la mayoría de los gatos. No es recomendable darles dietas suplementadas con calcio, ya que se reforzaría el cartílago de las orejas provocando malformaciones en su característico pliegue.


Por lo demás, el Scottish Fold es un gato bastante sano; las razas de pelo largo pueden presentar una mayor predisposición a formar Tricobezoares (bolas de pelo que pueden obstruir el tubo digestivo) y, los gatos descendientes de cruce entre dos Scottish Fold, presentan problemas de artritis en las extremidades y en la cola.

El Scottish Fold es un gato afable que tolera bien los cambios de ambiente, a los niños y a otros animales.
Espero que os haya gustado la entrada y que os haya servido para conocer, aunque sea un poquito, a esta raza tan graciosa. Os dejo un video de un Scottish Fold que me tiene enganchada jejeje:


BIBLIOGRAFÍA

Imágenes extraídas de Google.

jueves, 14 de marzo de 2013

La Panleucopenia Felina


La Panleucopenia Felina está causada por el Parvovirus Felino; es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta principalmente a los gatos jóvenes (3-5 meses), aunque también puede afectar a los gatos adultos (raramente).


Este virus se replica en células en división, por lo que afectará especialmente a la médula ósea, las células intestinales y a los fetos, por lo que los gatos infectados presentarán diarrea sanguinolenta debido al daño intestinal e inmunosupresión y disminución de los glóbulos rojos debido al daño medular. También se ha visto que crece muy rápidamente en las células renales.

El virus, aunque es bastante resistente a muchos desinfectantes y antisépticos, es sensible a la lejía y, a temperaturas superiores a 100°C, se destruye en un minuto.

El contagio se produce normalmente por contacto oro-nasal con secreciones de gatos infectados, ya sean saliva, orina o heces, especialmente al principio de la enfermedad. También está presente en sangre, por lo que el virus puede transmitirse a través de la picadura de las pulgas.


Además, los gatos que han superado la enfermedad se mantienen como portadores durante más de 6 meses, eliminando el virus en heces y orina.

La enfermedad puede presentarse:

1 - De forma sobreaguda en los gatitos más jóvenes, de entre 3 y 10 semanas, cursando, generalmente, con muertes súbitas,
2 - De forma aguda entre los 3 meses y el año de edad y
3 - De forma subclínica en gatos mayores de 1 año.


Nuestro gato, en el caso de estar enfermo, presentará fiebre, apatía, falta de apetito, secreción nasal y vómitos y diarrea con su consecuente deshidratación. Los gatos no suelen mostrar síntomas de enfermedad al inicio de las mismas, por lo que, cuando nos demos cuenta, probablemente ya esté en un estadío bastante avanzado.

El tratamiento suele ser, al igual que el de la Parvovirosis, sintomático; los gatitos menores de 8 semanas en raras ocasiones sobreviven, mientras que los animales más mayores, si se tratan, pueden llegar a salir adelante. 
Los animales que pasan la enfermedad adquieren inmunidad frente a la misma de por vida.

Por ello, al igual que en la enfermedad del Parvovirus canino, lo mejor es la prevención; los anticuerpos calostrales duran hasta las 8-12 semanas de vida. 


Las vacunas, vivas atenuadas, se administran a las 8-10 semanas de vida y se revacunan a las 12-16 semanas. 
De todos modos, se ha visto que, tras la aparición de los anticuerpos calostrales, hay un periodo refractario durante el cual algunos gatitos no responden a la vacunación, por lo que, para obtener una eficacia del 100%, se recomienda poner la primera vacuna a las 12 semanas. Nuestro veterinario nos indicará la mejor opción.

BIBLIOGRAFÍA

lunes, 11 de marzo de 2013

La importancia de la higiene bucal


La enfermedad periodontal es una de las enfermedades más comunes en perros y gatos. Se ha visto que está relacionada con enfermedades sistémicas, siendo una patología relativamente sencilla de prevenir.


Esta enfermedad es más frecuente en animales mayores y de razas pequeñas. En gatos se ha visto que la edad, la raza y el sexo influyen en la aparición de la enfermedad y que son más predispuestos los animales castrados o aquellos que sufren una patología concomitante como obesidad, enfermedad renal crónica, diabetes mellitus o virus de la leucemia felina entre otros.


¿En qué consiste esta enfermedad?

La enfermedad periodontal es una enfermedad infecciosa que consiste en la formación de placa bacteriana; es decir, el sarro. Esta enfermedad puede clasificarse en dos tipos:

La GINGIVITIS, que consiste en una inflamación reversible de las encías, que desaparece cuando se elimina la placa bacteriana,

Y la PERIODONTITIS, una inflamación irreversible del tejido no gingival, que provoca la pérdida de sujeción del diente; la periodontitis puede mantenerse inactiva, sin observarse signos de gingivitis pero con pérdida de fijación del diente, o activa, cuando se observa una destrucción activa de los tejidos.
Sin embargo, la gingivitis no siempre desemboca en una enfermedad periodontal aunque no se trate, si no que, el desarrollo de la enfermedad depende del equilibrio entre el sistema inmune de nuestra mascota y de la población bacteriana; factores como el estrés, el estado nutricional, la edad o las patologías metabólicas pueden romper este equilibrio y, así, producirse la enfermedad.


En un principio, la enfermedad periodontal es una infección local pero que es capaz de alcanzar órganos y tejidos distantes, ya que, durante el desarrollo de la periodontitis, las bacterias pueden alcanzar el torrente sanguíneo y extenderse a todo el organismo; en los animales con un sistema inmune competente, estas bacterias son eliminadas pero, si la exposición a las mismas es prolongada, puede llegar a asociarse a una enfermedad sistémica; además, a parte de la carga bacteriana, también se producen endotoxinas bacterianas y toxinas procedentes de la degradación de los tejidos que pueden agravar el proceso, bien sea por su efecto nocivo directo o por las reacciones inmunes.

Además, aparecerá halitosis y, en los estados avanzados suele producir dolor, con lo que nuestra mascota dejará de comer.

¿Cómo prevengo la enfermedad periodontal?

En el mercado actual, nos ofrecen múltiples productos para reducir la placa dental: piensos especiales, juguetes, colutorios, etc. Si bien es cierto que pueden ayudar a prevenir o a mantener, cada persona dice una cosa distinta; a algunos les van bien los juguetes y a otros los colutorios; yo supongo que dependerá de la fisiología del perro y de su dieta.

De todos modos, la mejor prevención que se puede realizar es cepillar los dientes a nuestra mascota al menos, una vez a la semana; puede resultar algo engorroso y, con algunas mascotas, especialmente con los gatos, muy difícil, por no decir imposible, pero sería el tratamiento más ideal: se pueden utilizar cepillos interdentales para cepillar bien toda la superficie de los dientes o bien, con una gasa húmeda envuelta en el dedo, limpiar la cavidad oral para eliminar la mayor parte de la placa.


Si nuestro perro o gato tiene mucho sarro, una buena opción para quitárselo es realizarle una limpieza bucal, como las que nos hacemos nosotros en el dentista, con el inconveniente de que se requiere anestesia general y es una opción cara.

Espero que os haya gustado la entrada y que os haya servido de ayuda =)

BIBLIOGRAFÍA
Imágenes 3 y 4 extraídas de Google

sábado, 9 de marzo de 2013

El Parvovirus Canino


La parvovirosis es una enfermedad vírica grave que afecta a los perros, especialmente a los cachorros de entre 6 y 12 semanas que aún no han recibido la vacuna; pero también puede aparecer en perros adultos que no se hayan vacunado.


Nuestros cachorros pueden infectarse de Parvo tanto por contagio directo (contacto con perros enfermos), indirecto (por contacto con ropa, pelos, etc. infectados) o por vía transplacentaria.

Se transmite por vía oro-nasal, siendo la principal fuente de contagio las heces de animales infectados, donde aparecerá el virus a los 30 días, aproximadamente, de la infección. En los objetos inanimados, especialmente el pelo, el virus puede sobrevivir hasta 6 meses, por lo que deberemos de limpiar todos los “efectos personales” de nuestra mascota cuidadosamente en caso de que se infecte y, sobre todo, si convive con otros perros; el virus, aunque difícil de eliminar, suele ser sensible a la lejía, por lo que una buena desinfección con la misma no estaría nada mal.


El hacinamiento (demasiados animales en poco espacio) y el estrés son contribuyentes al padecimiento de la enfermedad, por lo que animales que nazcan en estas situaciones tendrán mayor riesgo.

La parvovirosis se puede presentar de dos maneras distintas:

1. La forma miocárdica, más frecuente en animales de menos de 4 semanas (frecuentemente infectados en el útero), produce muertes súbitas o repentinas, en ocasiones con diarrea y sin signos de fallo cardíaco. También puede aparecer diarrea y, tras una aparente recuperación, producirse la muerte por fallo cardíaco. Los animales que sobreviven a esta forma de la enfermedad suelen quedar con el corazón dañado de por vida.

2. La forma entérica se caracteriza por anorexia y fiebre acompañadas de vómitos y diarreas que acabarán siendo hemorrágicas. La muerte suele producirse por la grave deshidratación que sufre el animal. Los animales tratados suelen recuperarse a los 3 ó 4 días tras la infección a menos que sufran infecciones secundarias.



3. La forma cutánea, menos frecuente, cursa con eritemas y ulceraciones en almohadillas, boca y vagina.

En el caso de que nuestro cachorro se infecte, el tratamiento será sobre todo, sintomático, administrando en casi todos los casos fluidoterapia para reponer los líquidos y los electrolitos perdidos, ayuno para evitar los vómitos y las diarreas seguido de dieta blanda, antieméticos (fármacos inhibidores del vómito) y antibióticos para prevenir infecciones secundarias que nos puedan complicar el proceso.

Por ello, lo mejor frente al virus de la Parvovirosis es prevenir. Deberemos vacunar a nuestro cachorro a, aproximadamente las 6 u 8 semanas de edad con un recuerdo a las 2 ó 3 semanas siguientes y evitar, por todos los medios, que contacte con heces de animales infectados; por eso se suele recomendar a los propietarios que no paseen a sus cachorros hasta que haya recibido todas las dosis vacunales y, si convive con otros perros, deberemos asegurarnos de que su estado sanitario es bueno.

Si tenemos pensado criar con nuestra perra, lo ideal es vacunarla las 2 ó 4 semanas antes del apareamiento, pero nunca se deben vacunar perras ya gestantes porque la vacuna contiene al virus vivo; atenuado, pero vivo, por lo que puede contagiar a los cachorros.



Espero que os haya gustado la entrada!! =)

BIBLIOGRAFÍA

Imágenes 2 y 3 extraídas de google. 

domingo, 3 de marzo de 2013

La Diabetes Mellitus


La Diabetes Mellitus es una enfermedad de tipo metabólico que consiste en una deficiencia total o parcial de insulina, lo que significa que el organismo no será capaz de metabolizar la glucosa dando lugar a una hiperglucemia crónica.

La Diabetes Mellitus es una enfermedad frecuente tanto en perros (aumenta la incidencia en hembras enteras) como en gatos (sobre todo, machos castrados y obesos), pudiendo encontrarnos:


Diabetes Mellitus tipo 1 o Diabetes Mellitus dependiente de insulina y

Diabetes Mellitus tipo 2 o Diabetes Mellitus independiente de la insulina;

¿Qué significa esto? Pues que, en la primera, existe una deficiencia absoluta de insulina por destrucción o fallo de las células pancreáticas que la producen, mientras que en la segunda, hay una resistencia a la actividad de la insulina en los tejidos periféricos y suele estar asociada a la obesidad.

¿Cómo darnos cuenta de que nuestra mascota puede tener diabetes? Aunque la diabetes debe ser diagnosticada por un facultativo, podemos sospechar que nuestra mascota tiene un problema si comienza a beber y a orinar más de lo normal, además de comer mucho sin ganar peso. 


¿Por qué sucede esto? La situación de hiperglucemia hace que aumente la cantidad de glucosa en la orina y, en consecuencia, aumenta la eliminación de la misma, lo que va a dar lugar a que nuestro animal beba más. La polifagia (aumento de la ingestión), se produce para intentar compensar el catabolismo originado por la falta de insulina.

 Además, la diabetes produce ciertas complicaciones fáciles de detectar a medio o largo plazo como las cataratas en perros y la postura plantígrada en gatos.


Si no nos damos cuenta de que nuestra tiene un problema, puede sufrir una Diabetes Mellitus Cetogénica, lo cual producirá en nuestros animales deshidratación y respiración acelerada entre otros.

Le han diagnosticado Diabetes a mi mascota… ¿Y ahora qué? La Diabetes es una enfermedad que requiere tratamiento de por vida. Lo más probable es que nuestro veterinario nos recete un tratamiento con insulina que se deberá de administrar una o dos veces al día según el fármaco elegido así como un tratamiento dietético; se recomienda administrar dietas ricas en fibra para que la glucosa se absorba lentamente y mejor en pienso seco, ya que el húmedo se absorbe mucho más rápido; además, si nuestra mascota está obesa, son ideales las dietas hipocalóricas que nos ayudarán a controlar la diabetes y el exceso de peso, pero no se deben superar pérdidas mayores del 3% del peso corporal por semana.

Además, en las perras es preferible la castración, por las variaciones en la glucemia que producen los estrógenos.

En los gatos, se debería administrar una dieta rica en proteínas y con pocos hidratos de carbono; se ha visto que, en algunos gatos, la dieta puede hacer que deje de ser necesaria la insulina.


¿Cómo manejo a mi mascota? Las inyecciones de insulina son relativamente fáciles de poner y sólo requieren práctica y perder el miedo a lastimar a nuestra mascota; se inyectan a nivel subcutáneo, nuestro veterinario nos enseñará la mejor manera para ponerla.

Hay que tener en cuenta también que, al no tener insulina, debemos compaginar las comidas con la administración de la misma; si se administra la insulina dos veces al día, deberíamos dar dos comidas antes de la inyección; si, por el contrario, utilizamos una sola inyección de insulina, administraremos 3 ó 4 raciones pequeñas a lo largo de todo el día para evitar los picos de glucosa.


Una vez comenzamos con el tratamiento, deberemos realizar un seguimiento de nuestra mascota, tanto en la clínica, como en casa.

En nuestra casa, valoraremos la manera en la que responde nuestro perro o gato (deja de beber u orinar tanto, alcanza un peso estable, etc.) y, controlaremos la glucosa y los cuerpos cetónicos mediante unas tiras reactivas que se mojan en la orina; son muy sencillas de utilizar y nos permiten controlar a nuestro animal; nuestro veterinario nos indicará cómo se leen correctamente:


En la clínica, nuestro veterinario nos recomendará realizar visitas periódicas que se irán alargando en el tiempo a medida que nuestra mascota mejore y que le permitirán ajustar la dosis de insulina las necesidades de nuestros animales.

Espero que os haya gustado la entrada y os haya servido de ayuda!! =)

Imágenes extraídas de Google