La obesidad en nuestras mascotas es un problema que ha ido
aumentando con el paso del tiempo, afectando a, aproximadamente, el 40% de la
población según diversos estudios; esta cifra es variable entre países, pero
está claro que es un problema en aumento… y es un problema serio.
Muchas personas piensan que una mascota está en mejor estado
de salud porque está gordit@, pero esto no es cierto; nuestras mascotas, al
igual que nosotros, deben mantenerse en un peso óptimo, pues un incremento
considerable del mismo puede acarrearles problemas de articulaciones,
cardiovasculares, metabólicos (Diabetes), problemas en el parto (distocias),
aumentar los riesgos de la anestesia o incrementar la intolerancia al ejercicio
o al calor.
La obesidad está asociada a algunas razas como el Labrador
Retriever o Cocker Spaniel entre otras. También se ha visto que tiene una mayor
incidencia en hembras que en machos, en animales castrados y en animales
mayores.
¿Qué se considera obesidad? Se considera que un perro tiene
sobrepeso cuando pesa un 15% más de su peso óptimo y obeso cuando supera el 30%
(las cifras varían según los autores).
El peso óptimo de nuestra mascota se calcula según el peso
óptimo de la raza o comparando el peso actual con el peso que tenía el primer
año antes de su madurez.
Cuando no podamos valorar el grado de obesidad, podremos
evaluarlo valorando la cantidad de grasa que recubre las costillas; existen
diferentes escalas para esta valoración, de 5 puntos, de 9 puntos o de letras.
Para mí, la mejor es la de 5 puntos, porque creo que es la más sencilla de
interpretar:
De todos modos, al final de la entrada adjunto el enlace de
una tesis de donde saqué parte de la información y que tiene las tres tablas
por si alguien está interesado en consultarlas.
Pues sí, mi perro tiene sobrepeso o está obeso… ¿Qué hago?
Mucha gente, con buena intención supongo, lo que hacen es poner al perro a
dieta… pero a dieta que significa comer 4 croquetas de pienso al día; bueno, si
vemos que nuestra mascota está gorda no podemos retirarle el consumo de golpe;
una visita al veterinario no está de más, porque la obesidad puede ser
consecuencia de una enfermedad metabólica que se deberá tratar; además, si la
causa se debe simplemente a un incremento en la ingestión o a una falta de
ejercicio, el veterinario nos podrá dar una pauta para reducir el peso y
realizar un seguimiento de nuestra mascota.
La primera que se deberá tomar será cambiar el pienso actual
por uno más fibroso. Los etiquetados como “piensos light” no hacen que nuestra
mascota pierda peso, sólo consiguen mantenerla en el que tiene actualmente. Por
ello, los piensos recomendados son aquellos con un porcentaje alto de fibra, ya
que tienen menos energía, son mucho más saciantes y tienen un contenido en
proteína específico para garantizar que no se pierda masa muscular.
A parte de la dieta, también es importante el ejercicio,
paseando a nuestra mascota, al menos, durante 30- 40 minutos al día. Si nuestro
problema es que tenemos un gato obeso, una alternativa a los paseos es ponerle
difícil el acceso a la comida; no me refiero a ponerla en lugares altos para
que tenga que saltar y cosas por el estilo ya que, como a las personas, no
podemos someterlos a un ejercicio intenso de buenas a primeras, todo requiere
una fase de adaptación; me refiero a, por ejemplo, esconderle unas pocas
croquetas debajo de un vaso para que le pique la curiosidad (eso de que a los
gatos les va lo prohibido y lo enrevesado) o comprarle un juguete interactivo
(pelotas que se rellenan de croquetas y a medida que juega con ellas van
soltándolas) para que esté entretenido, se mueva y reciba una recompensa.
Una vez que decidimos poner a nuestra mascota a dieta,
debemos tener en cuenta dos cosas importantes:
La primera es que va a ser un proceso largo, no esperes que
tu perro o gato alcance el peso óptimo en 2 semanas, ya que las pérdidas de
peso, por semana, no deben ser superiores al 2% del peso actual.
La segunda es: se acabaron las chucherías, y cuando es se
acabaron, es se acabaron, ni de ti ni de nadie de la familia, lo que a veces se
convierte en misión imposible… todos conocemos la mirada de súplica torturante
de nuestra mascota, esa a la que no nos podemos resistir y a los comentarios
del resto de personas (el perro está bien, el perro no está gordo, es que eres
un exagerad@, bla bla bla), pero debemos ser firmes ante nuestra postura por su
bien y concienciar al resto de miembros de la familia.
Tabla de medición del
grado de obesidad de “Royal Canin”.
Imágenes extraídas de google.
mi Yecla, según la tabla estaría con sobrepeso, pobrecita y pensar que le reduje la cantidad de comida a la mitad......
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